Las puertas de casa al igual que el resto de maderas sufren los cambios de tenperatura, reaccionando con dilataciones y contracciones. En las puertas éste efecto produce un desajuste con el marco o con el suelo, nos damos cuenta porque la puerta roza en el marco, lo normal sería que el roce fuese en todo el marco de arriba a abajo, de no ser así podría no ser una dilatación, si no que la puerta se haya soltado de un pernio, y se haya inclinado, en éstos casos, nos daremos cuenta por que roza solamente de un lado, por ejemplo de la mitad para arriba.
podría ser que con sólo cambiar los tornillos del pernio por otros medio centímetro mas largos tubiésemos suficiente, porque el pernio queda más fuertemente collado en el marco y de ésta forma sujeta bien la puerta.en el caso de las puertas antiguas con muchas manos de pintura, es todavía mas fácil que rocen, y en esta situación solo con lijarlas o cepillarlas con un cepillo de carpintero habría suficiente
cuando la dilatación de la puerta ocasiona que ésta se doble hacia fuera, esto ya es más complicado de solucionar, pero una idea que funciona, sería, imaginemos que la parte derecha superior de la puerta se ha venido hacia fuera, en éste caso nos pondremos por el lado contrario de la puerta y en la esquina afectada atornillaríamos un tornillo y en la esquina contraria de abajo pondríamos otro tornillo, de uno a otro tornillo un alambre que iríamos tensado día a día para que la puerta fuese enderezándose hasta quedar recta.
Si el problema es que la puerta roza en el suelo, aveces basta con poner unos anillos en los pernios, uno en cada pernio, y con ésto la puerta se elevará lo suficiente para no rozar en el suelo y sin tocar en la parte superior del marco, si tocase, quitaríamos los anillos y lijaríamos con lija fina para madera la parte de abajo, siempre a lo largo de la puerta, es decir que pasaremos la lija desde las bisagras hasta la maneta, nunca pasaremos la lija hacia las caras de la puerta, porque se pueden desastillar las caras de la puerta.
Cuando vallamos a pintar o barnizar una puerta, aconsejo siempre lijarla con lija para madera fina, la lija se debe de pasar en la misma dirección que van las vetas de la madera, si damos dos manos de pintura, antes de dar la segunda mano lijaremos un poquito para dejar lisa la madera, siempre después de lijar pasaremos un paño húmedo para eliminar el polvo que queda sobre ella.
Aconsejo siempre dejar las puertas cerradas, sobre todo si van a estar sin utilizarse durante algún tiempo.
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